Lugar de encuentro para los coleccionistas scouts de
America, con el objetivo de ayudar a mantener la union de
todos los clubes o circulos de coleccionistas scouts
existentes en el continente.
esta iniciativa es el resultado del 1er Encuentro
Panamericano de Coleccionistas Scouts (ENPACOS)que se
organizo en Venezuela en julio 2010

sábado, 4 de septiembre de 2010

HISTORIA DEL CÍRCULO ARGENTINO DE COLECCIONISTAS SCOUTS



ASÍ COMENZÓ Escribe el Prof. Alejandro Leonardo Napoli

1987 fue un año muy especial para mí: cursaba el 4º año de la secundaria en una escuela técnica; en el mes de agosto dejé la Tropa Raider ingresando seguidamente al Clan Rover; y el fin de semana del 12 y 13 de septiembre, asistí con mi entonces Grupo Scout (Nº 49 “Santa Clara de Asís”), al Campamento que con motivo del 50º Aniversario de la Unión Scouts Católicos Argentinos, llevó a cabo la Región Buenos Aires, en el Parque Saavedra de Capital Federal. Era el primer campamento regional y multitudinario al que concurría, siendo para mí una experiencia maravillosa y emocionante. Mi Clan –del cual también formaban parte mi primo y un amigo- tenía asignado el trabajo en el Puesto Central de Primeros Auxilios. Durante los dos días del evento, si bien atendimos a varios hermanos Scouts, de a momentos la tarea cesaba, lo que permitía ratos de ocio y descanso. En uno de los cuales, luego de regresar de una recorrida por el parque, mi primo entusiasmado, me dijo que había visto a un señor que exponía en un stand unas insignias “bárbaras” (entiéndase gigantes, bordadas, extranjeras y con la imagen de B.P.); no había terminado de hablar, cuando le pregunté: ¿dónde está ese señor?, pues deseaba con todas las ganas poder ver esos “tesoros” (insignias) que con tanta verborragia había descripto. Pero él se fue en vagas explicaciones, no pudiendo yo, dar con el lugar buscado. El campamento terminó de lo mejor, y luego de desarmar nuestras instalaciones, ya entrada la noche del último día, regresamos al Barrio de Flores “a bordo del colectivo 76”. Plenos de felicidad y con sonrisas anchas en el rostro (¡a pesar de tener que ir al otro día al colegio!). Sin embargo en mi interior llevaba la “rabia” de una pequeña derrota: no haber podido conocer, al para mí “misterioso señor de las insignias y sus tesoros”. Pero yo no podía imaginar entonces, que al mes siguiente, llegarían a mi casa, los datos de la persona que, aun estando en el mismo evento que yo, no había podido conocer.

Una mañana de octubre, de ese mismo año, el cartero deslizó por debajo de la puerta de mi casa, un ejemplar de la edición Nº 170 de la revista “HUELLA”; órgano de difusión de la Asociación Scout a la que yo pertenecía, y que esperaba con ansias, por estar suscripto a la misma. Recibirla periódicamente me producía gran alegría; pero en esa oportunidad, en la página 46 encontré un aviso, que despertó en mí gran interés y que decía: “Nelson J. Seraci de Carlos Tejedor, nos informa que el Internacional Badgers Club, reúne a los coleccionistas de insignias scouts y guías de países como Argentina, Australia, Alemania, Brasil, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca, Francia, Inglaterra, Italia, México, Noruega, N. Zelandia, Japón, Hong Kong, Malasia, Sudáfrica, Estados Unidos, Holanda, Suecia, Suiza, etc.”, más adelante brindaba otros detalles: “La sede está en Inglaterra y la fecha de fundación data de 1955. Actualmente hay más de 1200 socios en los cinco continentes. Aunque fundamentalmente se intercambian distintivos, generalmente se hace lo mismo con todo material referido al Movimiento: libros, cinturones, pañuelos, uniformes, etc.” Y finalizaba diciendo: “Toda información complementaria puede solicitarse a: Nelson J. Seraci, Garré 569, (6455) CARLOS TEJEDOR – BUENOS AIRES”. No dudé un instante, quería pertenecer a ese club y conseguir insignias de todo el mundo. Debía escribir a ese señor, que vivía en una localidad que jamás había oído nombrar; y así lo hice. Al poco tiempo el señor Seraci respondió amablemente mi carta, brindándome toda la información que había solicitado. Pero todo no quedó allí, ya que había contactado con un hermano Scout, que no tan sólo era un gran coleccionista, sino que también poseía una rica trayectoria dentro del Movimiento, vivida con un gran compromiso personal. Las cartas comenzaron a ir y venir el camino Carlos Tejedor-Barrio de Flores, trayendo y llevando insignias, pero portando también lo más importante: HERMANDAD SCOUT Y AMISTAD. A través de Nelson pude conectarme con algunos de los corresponsales con los cuales él, mantenía correspondencia, como Oscar Sirvan y Ariel Arrieta (Capital Federal), Alejandro De Souza (Martín Coronado) y Manuel Rivas de Wilde. A instancias de Nelson y animados por él, los nombrados y quien les escribe, comenzamos a reunirnos durante todo 1988. Nuestros encuentros tenían como fin practicar el coleccionismo scout, confraternizar y concretar un objetivo que, propuesto a la distancia, por el hermano de Carlos Tejedor, era de suma importancia, para que todo no quedase en la nada: crear un club argentino de coleccionistas de insignias Scouts y Guías. Una vez logrado el mismo, sería una alternativa para fomentar la hermandad Scout-Guía, a través del intercambio de objetos coleccionables de la temática del Escultismo y el Guidismo. Las reuniones se hacían por turno en una casa diferente, intercambiándose ideas y criterios para la acción, no faltando desde luego el “asesoramiento escrito y vía telefónica que venía de Carlos Tejedor”. Se llegó a un acuerdo, fijándose como fecha de reunión el 15 de enero de 1989, estableciéndose mi casa, como lugar de encuentro. Durante el mismo presentaríamos propuestas de emblema, constitución y organización para nuestro futuro club. Llegado ese día, temprano por la mañana –antes de reunirnos los auto convocados- recibí a mi hermano Scout Oscar Sirvan, que me trajo un diseño de distintivo, realizado por él, para someter a consideración de los demás coleccionistas horas más tarde. El se anticipó en la presentación de su idea, por no poder participar de las decisiones, ya que ese mismo día partía hacia Chile, para participar como miembro del equipo de servicio, en el Jamboree Austral, realizado en la localidad de Villarrica. Una vez reunidos, por la tarde, examinamos los diferentes aportes, presentados respectivamente por los que se nombran a continuación, a saber: Nelson Seraci, diseño de emblema (remitido por correo); Alejandro de Souza, diseño de emblema y proyecto de constitución (propuesta hecha en persona); propuesta de Oscar Sirvan ya citada. En las deliberaciones de mi domicilio, participamos unos pocos. Mi memoria sólo recuerda a Souza, Rivas y Arrieta. Tal vez alguien más estuvo presente; pero el transcurso del tiempo, trae consigo el olvido, que es implacable y no perdona. Este fue un primer intento de fundación de nuestro CÍRCULO; pero no se llegó a nada concreto. Sólo se logró fijar una próxima reunión para el 5 de marzo, en un lugar que se confirmaría posteriormente. En esos tiempos, no conocía personalmente a mi querido Maestro Nelson Juan Seraci, a pesar de que hacía 17 meses que intercambiaba correspondencia e insignias con él. Esa oportunidad llegaría dos meses después.

El 5 de marzo de 1989, Nelson Seraci se encontraba en la Ciudad de Buenos Aires, alojado en un departamento de la calle Adolfo Alsina, donde vivía su tía; en el porteño Barrio de Congreso. Su presencia tenía como motivo, participar de la reunión programada, que finalmente se haría en la casa de Manuel Rivas. Ese día, pude al fin conocerlo personalmente, ya que lo pasé a buscar, por su temporario domicilio, y juntos partimos en colectivo hacia Wilde. En el trayecto del viaje, la conversación fue muy amena y animada. Llegados a destino, el dueño de casa no sólo nos recibió a nosotros, sino también a Ariel Arrieta. En la casa de la calle Dante Alighieri, éramos cuatro las personas reunidas, incluido el anfitrión; pero a la distancia teníamos la adhesión de Darío Sánchez (Tandil); Sergio Phileas (Córdoba) y Julián Tocce (Río Negro). Durante el fraternal encuentro nos repartimos las tareas, asignándonos diferentes funciones: Nelson Seraci, Editor de la “Hoja Informativa”; Manuel Rivas y Ariel Arrieta coordinarían las relaciones con I.N.S.A. (Institución Nacional del Scoutismo Argentino) y A.G.A. (Asociación Guías Argentinas); yo haría lo mismo con respecto a la U.S.C.A. (Unión Scouts Católicos Argentinos). El “CÍRCULO ARGENTINO COLECCIONISTAS DE INSIGNIAS SCOUTS Y GUÍAS” (tal fue su primera denominación), había quedado constituido. Al poco tiempo, la primera “señal de vida” lo confirmaría: en los primeros días de abril, apareció la Hoja Informativa Nº 1 (es decir el primer Boletín). Curiosamente, en la misma, aparecían publicadas nuestras funciones, de una forma diferente: “Secretario del CACIS es Alejandro Napoli. Manuel Rivas y Ariel Arrieta coordinarán las relaciones con INSA-USCA-AGA, tanto para la realización de exposiciones como para obtener facilidades en conseguir direcciones de coleccionistas interesados (especialmente de Latinoamérica)”. Nelson aparecía como Editor (tal lo acordado); cargo que efectivamente desempeñó con abnegación y eficacia. Así comenzó nuestro CÍRCULO, según la memoria y algunos papeles que conservo, me permiten recordar.

VAYA ESTE RECUERDO EN HOMENAJE Y MEMORIA DE OSCAR SIRVAN Y MANUEL RIVAS, QUE YA DESCANSAN EN LA CASA DEL PADRE ETERNO.-

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